La reciente promulgación de la Ley 74/2025 y la subsiguiente Circular 0026185 han generado inquietud entre quienes persiguen el reconocimiento de su ciudadanía italiana. Sin embargo, en Ciudadanía Italiana por Derecho, nuestra experiencia nos permite afirmar con certeza que este escenario no es una excepción, sino un capítulo más en la larga historia de la defensa de los derechos por vía judicial.
Estas nuevas disposiciones imponen requisitos más estrictos y reinterpretan el acceso a la ciudadanía, lo que refuerza aún más la vía judicial como el camino legítimo (en muchos casos el único) para hacer valer este derecho inalienable y constitucional.
La Circular 0026185 introduce cambios significativos que afectan a los nacidos en el extranjero con doble nacionalidad. Históricamente, el principio de iure sanguinis (derecho de sangre) ha sido la base del reconocimiento de la ciudadanía italiana.
Sin embargo, las nuevas disposiciones intentan limitar esta transmisión automática, generando un conflicto directo con:
Argumento clave para la vía judicial: Si alguien nació con derecho a la ciudadanía italiana bajo la normativa vigente en su momento, las nuevas leyes no deberían despojarlo de ese derecho.
La normativa introduce nuevas exigencias como:
Si bien se presentan como “clarificaciones”, muchos consideran que son restricciones arbitrarias, lo que motiva a los afectados a recurrir a los tribunales para impugnar su constitucionalidad.
En Ciudadanía Italiana por Derecho, la vía judicial no es una novedad, sino una herramienta probada que ha permitido a innumerables descendientes obtener su ciudadanía. Siempre que la vía administrativa se cierre o imponga condiciones injustas, la justicia italiana ha demostrado ser receptiva en la defensa de estos derechos.
Nuestra experiencia de más de 16 años en la gestión integral de la ciudadanía italiana nos ha demostrado que la vía judicial no solo es una alternativa, sino una herramienta efectiva y estratégica.
En Ciudadanía Italiana por Derecho no trabajamos con suposiciones, acompañamos procesos reales, con argumentos legales sólidos. Defendemos el derecho por sangre y por historia, con la convicción inquebrantable de que obtener la ciudadanía es posible.